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miércoles, 9 de noviembre de 2011

"INVIERNO"




(25-8-1.998)
(13) INVIERNO
-Cantos al Invierno-

<<Allá en lo alto la luna,
lleva espejitos blancos
de tus escarchas desnudas>>
.........................
Cuando los blancos cristales
de las escarchas heladas,
toman formas virginales
tras las tardes sosegadas,
aparecen relucientes
bajo el cielo ennegrecidos,
nubarrones inclementes;
y rayos enfurecidos:
Caen del cielo silenciosas
y sobre plumas montadas,
las pavesas caprichosas
de las espumas nevadas;
las que bañan con blancuras
los valles y serrijones.
Invierno de casta pura
umbral de las devociones,
donde ritos invernales
abren puertas milagrosas,
para guardar los caudales;
de tus savias virtuosas.
Tiempos de lluvias y fríos
que se engendran sin pereza
las esencias de tus bríos,
en la tierra con firmeza,
cuando dejas a raudales
la nieve blanca y tupida,
que llena los manantiales;
que le dan, vida a la vida.
Llenos los fuertes torrentes
que de tu sangre acumulan,
licor que llena las fuentes
de caudales que supuran,
para que después florida
emerja la primavera,
y luzca verde y pulida;
su belleza lisonjera.
Besan las fauces del río,
espumas blancas resbalando
¡caudal de libre albedrío!,
son tus aguas caminando.
Y cantan en fría mañana
el ave-fría del prado
y alondras en la besana.
Y el rocío ha madrugado
al despertar la alborada,
mientras la luz deslizante
de la luna, sosegada;
mira el agonizante
destellar de los luceros.
Días cortos y abundantes,
abre puerta a los camperos
vientos fríos rutilantes,
que pululan sin cesar,
y a rayos del Sol, dormidos
en su cuna crepuscular;
que darán luz a oscurecidos
y densos hielos de cristal.
Invierno tú que fecundo,
haces que en el erial,
emerja el manjar profundo
de semillas maduradas;
que duermen en los barbechos.
“””””””””””””

(2-9-1.998)
(14) SOLEDADES
Siento triste el pasar del tiempo,
que camina y camina sin parar,
el que da o quita a nuestras vidas
a veces alegrías otras soledad.
.............................
Pasa el tiempo para después dejar
arrugadas huellas y las heridas,
de la amarga y débil soledad
que enmudece la lengua y el alma;
y débiles los ojos no pueden mirar.
Si el yunque no suena en su espiral,
y ojos, y labios, oídos y el alma;
entristecidos ya no quieren soñar.
¡Es que triste va llegando la soledad.!
Cuando los atrevidos pensamientos,
atraviesan el mar de las desventuras
y naufragan en orillas del ocaso;
no encontrando en su aventura:
de las luces del alma el contenido.
¡Es señal que llega nuestra soledad.!
Porque cuando la ninfa de los sueños
se levanta de su urna de cristal,
y nos mira compasiva en nuestro lecho,
y se sienta silenciosa en el umbral
de nuestro ardiente pecho sudoroso,
que derrama con ardor en su coraje
el humor que supura, el alma herida,
por las lanzas dolientes del olvido;
¡Llega entonces la fría soledad!.
“””””””””””””

SONETO

Tal vez las ya lejanas primaveras
nunca han de volver a florecer,
ni alboradas dulces al amanecer;
te dejaran las noches mensajeras

Si marchan las palomas volanderas
que fecundas viste a tu lado crecer,
y solo el nido dejan para querer;
y en el alma heridas duraderas.

Caminar del tiempo que inclemente
nos lleva al ocaso lentamente,
y al olvido de las oscuridades.

Sometida el alma a penitente
que el olvido convierte en tempestades,
y el pasar del tiempo en soledades.
“”””””””””””


(10-9-1.998)
(15) ESPOSA Y MARIDO

Tú, eres como silvestre flor
con pétalos de seda fina,
y luna de blanca noche
y agua que en la mar termina.

Yo soy como rayo de Sol
de tarde que se marchita,
y voy buscando el amor;
de la mujer más bonita.

Quiero ser sombra de nube
y galopar sobre vientos
y ser paloma mensajera,
de tus dulces sentimientos.

Tú eres el amanecer
de luz purificada,
y son tus besos la savia
para mi amor salvadora.

Tu eres Sol, lucero y luna,
y azulada agua del mar,
y tórtola que con su arrullo;
me quiere de amor llenar.

Tú eres lucero del alba
que me ilumina al pasar,
tras de tu estela de luces;
camina mi dulce soñar.

Cuando juntos cabalgamos,
sobre potros desbocados,
ríos de agua de amor;
es nuestro amor desbordado.

Cuando juntos nuestros sueños
mueran de amor fecundados,
por el dulce sabor de besos;
que nuestros labios han dejado.

Si es que juntos encontramos
los frutos de nuestro querer,
entonces habremos hallado;
el sosiego en nuestro ser.

Desde niños prometimos,
amor eterno y sagrado
para ser uno del otro;
con respeto consagrado.

Desde niños hemos sido
tú la rosa yo el clavel,
y ni el viento se ha atrevido;
a invadir nuestro vergel.

Al paso de nuestras vidas
desde juventud a madurez,
juntos hemos ido dejando;
esencias de nuestro querer.

Al paso dejó el amor
claveles en nuestro camino,
bañados por el cariño
que germinó nuestro destino.
“””””””””””””

(16-9-1.998)

(16) HONDAS RAÍCES

Con el bello colorido
que deja el tiempo al pasar,
llegan los nietos queridos;
que otra vez nos hacen soñar.
........................
Sobre nubes de algodones
con fina y blanca textura,
renovadas ilusiones
someten a los corazones
los nietos con su dulzura.

Como potros desbocados
del alma brotan cariños,
que buscan los anhelados
sentimientos bien guardados;
que escondimos cuando niños.

Y volvemos a escuchar
las melodías sonoras,
y de nuevo nuestro soñar
busca entre sueños hallar;
estelas blancas de aurora.

Reímos los alborozos
y los llantos caprichosos
de nuestros nietos amados,
y hasta lloramos de gozos
cuando están a nuestro lado.

Albor que al alma llena
de la pureza serena
a paternales consuelos,
dulzor que en la boca suena
del nieto diciendo ¡abuelo.!

No rinde el tiempo ufano
ni la cuidadosa mano,
tiembla para acariciar,
al tierno sentir humano;
que trae la vida al llegar.

No finge el tiempo juicioso
en su caminar tan fijo,
que lento y parsimonioso
nos rinde el placer gozoso;
de ver que padre es tu hijo.

La estrella luminosa
que deja su estela ver,
quiere hacernos suponer
que la vida es bondadosa;
si llegas a abuelo ser.

Cuando brota a borbotón
la esencia del corazón,
del pecho noble supura;
con la fuerza de un león
naciente del alma pura.

Como potro desbocado
va el destino guiado,
para buscar los cariños
del nieto cuando ha llegado;
con su carita de armiños.

Mi cantar por madrigales
que como espiga revienta,
entre los rubios trigales,
es savia de manantiales;
que trae la negra tormenta.

Fuerza pura e infinita,
amor que no se marchita,
dulce cariño de abuelos
que buscan con anhelos;
candor que el nieto suscita.
“””””””””””

PASÓ LA PALOMA

Con la fuerza de un bravo león
quiero encontrar otra vez candores,
que se llevaron mis hijos mayores;
tras ley de vida, en su evasión.

Ellos me devolvieron la ilusión
replantando en mi jardín las flores,
que llenan a mi alma de amores
y de alegrías a mi corazón.

Dejó la paloma en su aleteo
sobre el arco azulado del cielo,
las puertas abiertas de la ilusión.

Y el viento arranco como trofeo
una desnuda rosa de su vuelo,
que se quedó prendida en mi corazón.

De mi libro publicado (1.999)
“arcos de azules alboradas”

1 comentario:

Pablo Grados Tapia dijo...

Y este és el cuarto episodio de mis cuatro estaciones, las mismas ya fueron publicadas en el año (1999) en el libro que publiqué (ARCOS DE AZULES ALBORADAS)

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